Esta historia corresponde con el primer colegio de Irlanda con el que empezamos a trabajar de forma directa, y el internado que más años hemos utilizado. El año pasado tuvimos un estudiante y todo salió estupendo, pero hace tres, teníamos matriculados a dos chavales, y el día que fuimos a llevarles al internado, se nos dio una situación que no olvidamos. Cuando llegamos al colegio el movimiento de alumnos con sus padres era realmente intenso. Nunca habíamos visto tantos alumnos que viajaban con sus padres hasta entonces, ya que lo habitual siempre ha sido que exista un porcentaje bajísimo de alumnos que viajan sin agencia. Lo primero que hicimos fue ir a dejar la ropa de cama al edificio de los chicos y coger una cama dentro de la habitación que se les había asignado. Todavía no había nadie en la habitación. Acto seguido fuimos a la tienda de los uniformes, y allí pasamos un buen rato ya que había bastante trajín, pero fue ahí cuando empezamos a sospechar. Todos los alumnos que había en ese momento probándose el uniforme, eran españoles, y todos estaban acompañados por sus padres, no coincidimos con ninguna agencia en ese momento. Acto seguido nos dirigimos a otra zona donde se compraba el uniforme de deportes que es específico, y allí comenzamos a charlar con otra familia…de españoles! En honor a la verdad tenemos que decir que también había tres chicos africanos haciendo cola para comprar el uniforme, pero nos sorprendía no ver todavía nativos irlandeses apenas. Los libros en este colegio se pueden alquilar de segunda mano a un precio insignificante, lo cual nos parece muy honesto por su parte, y esa fue la tercera visita que hicimos dentro del internado. En el pabellón cubierto los estaban repartiendo a los alumnos que estaban haciendo una gran cola para tal fin. Una vez más nos dimos cuenta de que la gran mayoría estaban acompañados por sus padres. En la cola las conversaciones entre padres e hijos eran perfectamente audibles, pero lo que más llamaba la atención era cómo se miraban unos a otros mientras se podía intuir el pensamiento común de todos ellos... “¡¡¡Esto es España!!!”. Ese año en el Colegio eran mayoría los españoles y estudiantes africanos (sin querer desmerecerles en absoluto), suponemos que de diferentes países. Fue uno de los peores años para los internados en Irlanda y lo sabemos, pero nuestra conclusión es la siguiente: un colegio con internado es un negocio como otro cualquiera y necesitan llenar sus camas, y a quien reserva de forma directa y no conoce el colegio, os aseguro que no os van a decir el porcentaje de nacionalidades matriculadas. De nuestros dos estudiantes de ese año, sólo uno de ellos completó el curso escolar, el segundo no se adaptó al colegio, además de que su padre decidió traerlo de vuelta a casa y no darle otra opción, que sin duda GMR hubiese proporcionado de inmediato. Es el único caso de abandono de este colegio en 17 años que hemos tenido. El colegio sigue siendo recomendado por nosotros , y sabemos que han tomado medidas al respecto, pero antes de solicitar plaza, necesitamos saber con certeza qué porcentajes de cada nacionalidad tienen comprometidos hasta el momento para evitar este tipo de situaciones.