Si pensamos hacer un año académico en Irlanda debemos saber que el uso del uniforme es obligatorio en prácticamente todos los centros de enseñanza primaria y secundaria. A primera vista puede resultarnos un poco raro. Acostumbrados a que esa estética uniformada solo se lleve a cabo en centros privados y alguno que otro público, debemos saber que es norma general en, entre otros, Inglaterra.
Su uso cada esta más implantado. En nuestro país no es común que los estudiantes acudan con uniforme a clase, al menos en los centros públicos, aunque existen muchas excepciones según el centro. En el resto del mundo su implantación es dispar: en Irlanda y los paises de la Commonwealth y la mayor parte de Latinoamérica se da por sentado, pero en otros como Estados Unidos, Francia o Alemania se circunscribe al ámbito de la enseñanza privada. Defensores o detractores de ello, el debate esta lejos de darse por terminado.
La utilización del uniforme tiene su porqué. Su principal valor es que sirve de igualador, reduciendo la discriminación por, por ejemplo, cuestiones de poder permitirse ropa de marca o no, diferencias a las que son muy dadas los adolescentes. En esta línea refuerza el sentido de pertenencia y la identificación con una comunidad de iguales, dónde el factor de distracción "ir a la moda" desaparece de la ecuación en pro del pragmatismo.
Otra ventaja asociada a su utilización es el fortalecimiento de la disciplina del estudiante, tanto para sí mismo como de cara al colegio y sus compañeros. Los profesores ya no tienen que ir detrás de los alumnos recriminándoles su vestimenta por impudorosa (pantalones caidos que lucen la ropa interior, gorras en clase, escotes demasiado explicitos...) ya que esta viene estipulada en el reglamento interno. Estas pautas alcanzan también el uso de pendientes, cadenas... u otros elementos estéticos considerados indecorosos.
También se ha señalado que supone un ahorro para las familias ya que no tienen que invertir tanto dinero en vestir a sus hijos, un gasto nada desdeñable. Aparte evita o reduce conflictos y discursiones entre progenitores y retoños por la diferente perspectiva en cuanto cual es la mejor manera de vestirse.
En el otro lado de balanza, la gente crítica con esta imposición señala que coharta la libertad de expresión del alumno en un momento en que su personalidad se esta formando. Por otra parte se ha señalado que el hecho de que las niñas tengan que usar falda y los chicos pantalones, lo que para algunos responde al estilo clásico, alimenta esa desigualdad que el modela intenta erradicar. Bajo este prisma, el uso inapropiado de vestimenta antes descrito sería nada más que un parche, que no atajaría el problema real de raiz.
El uniforme masculino suele consistir en americana con el escudo del colegio, camisa blanca, corbata, pantalón y zapatos de vestir. El femenino consta por lo general de camisa, suéter con el emblema del centro, falda a juego, leotardos y zapatos de mujer. Podemos pensar que a los estudiantes se les hace raro pero en verdad se acostumbran con mucha facilidad a ello. Además no es malo saber llevar una americana o unos zapatos de vestir, luciéndolos con la elegante naturalidad de quien la utiliza a diario.